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Derroche y ahorro / Ciudades del futuro

octubre 19, 2012

El mundo, desde sus origenes, ha visto los seres animales que lo habitaban luchar para sobrevivir.

Sólo una especie parece ya no responder a ésta ley de la naturaleza: el ser humano.

A partir de la revolución industrial hasta la sociedad de los consumos, el hombre ya no  parece vivir en virtud  de sus necesidades, sino con el sólo objetivo de acumular riqueza y poder.

El dinero parece ser el único motor de las acciónes humanas y las ciudades el habitat ideal para su proliferaciòn.

Las nuevas generaciones, en la mayoria de los casos, son las únicas que no han experimentado un estilo de vida frugal.

Antes de la llegada de la sociedad consumista, un limitado acceso a los recursos de muchos causaba una cuidadosa utilización de los bienes y una reducción de los derroches a un mínimo; núcleos urbanos limitados, muchas veces autosuficientes, no necesitaban de grandes desplazamientos y garantizaban la resistencia del tejido social.

La sociedad “desechable”, la que estamos vivendo hoy en día, hace que nuestras necesidades sean satisfactorias con la compra de bienes, muchas veces inutiles, disponibles en enormes cantidades y variantes; eso causa la desaparición de la sabiduría que por años se acumuló, guiando un aprovechamiento más prudente de los recursos disponibles, marca una tendencia al derroche de energía y a la producción de basura.

Si politicas que promueven practicas de reciclaje, por un lado permiten una parcial recuperación de materias primas, por el otro , en un cierto sentido, “justifican” la producción de basura; son entonces deseables politicas vueltas a la sensibilización hacia un “consumo crítico” de manera de evitar derroches.

La emancipación del individuo lleva al hombre a excluirse de la sociedad a la búsqueda de su propria realización personal, que muchas veces se traduce en una mayor capacidad de consumir.

Simbolo de esta condición es el transporte privado masificado que, en ciudades que se expanden rápidamente, parece la manera más comoda para cubrir grandes distancias en tiemppos menores; muchas veces, las ciudades no pueden soportar grandes cantidades de tráfico, entonces la eficiencia de ese modo de moverse no se concreta de veredad, pagando un precio muy alto en términios de contaminación.

Al enpeorar la situación hay un transporte público que sufre la falta de caminos preferenciales de circulación, y se encuentra minimizado en el trafíco otorgando una alternativa no valiente al uso del coche.

En nuestras ciudades además, hay transporte público en formas diferentes –tran, bus, metro- muchas veces organizados de manera individual; esto causa que en el pasar de un medio al otro se acumulan retrasos y esperas, causando a veces un gasto mayor.

En el medio de todo eso, transporte con bajo impacto ambiental, como por ejemplo la bicicleta, no encuentran infraestructuras  adecuadas a sus concreta utilización.

Debería entonces, crear las condiciónes para que sistemas de transportes lentos sean facilitados y se puedan integrar de manera eficaz con los medios de transportes públicos motorizados.

Si la sensibilización a esas practicas  sostenibles encuentra muchos obstáculos en las generaciónes donde los  “valores” de la sociedad de los consumos son más cosolidados, puede no pasar lo mismo para las nuevas generaciónes y de manera particular para los niños.

Politicas dirigidas a la educación de la sociedad de mañana, a traves de experiencias directas y juegos, podrian volver comportamientos más cuidadoso con el medioambiente en costumbres.

Se puede llegar entonces, de una sociedad que encuentra su maxima aspiración en el crecimiento economico y en la realización del individuo, hacia una sociedad donde todos sus componentes se desarrollan en armonia entre ellas y con el medioambiente.

Una ciudad para ser humanos es una ciudad donde el hombre puede conducir sus actividades sin impedimentos y con ritmos justos por su naturaleza.

Una ciudad eficiente es aquella que lo permite sin grandes dificultades, que garantiza la salud mental y fisica del hombre

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